La conectividad ecológica es clave en el ciclo de vida de las especies que habitan el Arrecife Mesoamericano
Peces conocidos como chromis azules nadan en los arrecifes de coral del Refugio de Vida Silvestre Punta de Manabique en Guatemala. Foto: Sergio Hernández/CONAP
Por Lucy Calderón
Atraído por el atractivo del mar y por querer entender su fuerza, Eloy Sosa-Cordero cursó una licenciatura en oceanología en la Universidad Autónoma de Baja California y una maestría en ecología marina en el Centro de Investigación Científica y Educación Superior de Ensenada (CICESE), situado en Baja California. Gradualmente, su interés y campo de acción los dirigió hacia las pesquerías, porque según explica, de estas hay muchos aspectos por estudiar.
“Al principio, me llamó la atención cómo la producción de huevecillos que dan lugar a alevines y larvas, culminan convirtiéndose en peces de interés comercial que son capturados para consumo humano. Luego, pasé a efectuar monitoreos de pesca y, en la actualidad, estoy encuestando a pescadores para saber cómo está su salud y su situación económica y necesidades básicas debido a la pandemia provocada por el COVID-19. Esta es la primera vez, en mis 30 años de trayectoria en el sector pesquero, que hago una encuesta de este tipo y cuyos resultados serán incluidos en el primer reporte sobre las condiciones actuales de los pescadores del Caribe mexicano, que publicará El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), del cual coordino la Unidad de Chetumal”, explica Eloy.
Eloy también relata que en 2004 colaboró con la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, en inglés), una agencia científica del Departamento de Comercio de los Estados Unidos. En esa ocasión, un grupo de investigadores de La Florida que estudiaba el reclutamiento del atún rojo también se interesó por conocer si en el Sistema Arrecifal Mesoamericano (SAM) había áreas de desove para esa especie.
Otra razón que los motivaba a obtener ese tipo de información es que, con el cambio climático, las especies pueden variar las áreas a donde llegan a dejar sus huevecillos, por lo que empezaron a hacer investigaciones de larvas y juveniles. Como la esposa de Eloy, la maestra en ciencias e investigadora Lourdes Vásquez-Yeomans es experta en ecología y estadios tempranos de peces, junto con la NOAA realizaron proyectos conjuntos, monitoreos de la costa y en el mar abierto usando cruceros: “una combinación muy buena pero que requiere muchos recursos”, explica Eloy.
A raíz de esa participación con la NOAA, surgió el tema de la conectividad ecológica, es decir, la importancia de conocer la conexión que pueda haber entre áreas y especies marinas del SAM. Entonces, ECOSUR -en conjunto con el Fondo para el Sistema Arrecifal Mesoamericano (Fondo SAM)-, organizaron talleres sobre la temática.
Eloy comenta que a partir de esos talleres y con el apoyo del Fondo SAM se consolidó un espíritu de cooperación muy bueno y se comenzó la ejecución colaborativa de los Ejercicios de Conectividad en el Mesoamericano (ECOME) en el Sistema Arrecifal Mesoamericano (SAM), que lidera ECOSUR.
Primera reunión de la Red de ECOME que se formó en 2010. Foto: MAR Fund
¿Qué es un ECOME?
Personas que participaron en un ECOME en el Área de Protección de Flora y Fauna Yum Balam, México preparan los colectores que usarán para capturar postlarvas. Foto cortesía: ECOSUR
Un ECOME es un ejercicio de monitoreo que se efectúa simultáneamente a nivel regional, en los cuatro países que abarca el SAM (México, Guatemala, Belice y Honduras), y en el que participa el personal de las áreas marinas protegidas de cada lugar.
El objetivo es colocar colectores (especie de bolsas cilíndricas) en los sitios en donde se considera que habrá postlarvas de peces, y atrapar algunas de ellas, para conocer la abundancia (o cantidad) y la riqueza (o diversidad) de especies -ya sea de interés comercial o ecológico- que hay en las zonas seleccionadas.
Aunque con bastantes limitaciones económicas y de personal, los ECOME se realizan anualmente en el SAM desde 2013, en al menos dos áreas marinas protegidas por país, indica Eloy y hasta la fecha se han hecho nueve ECOME.
En 2018, ECOSUR sometió al Programa de Pequeñas Donaciones del Fondo SAM el proyecto Monitoreo Participativo del Reclutamiento de Peces de Arrecife: indicador de conectividad en el Arrecife Mesoamericano y resultó ganador. Gracias a los fondos recibidos, se pudieron llevar a cabo dos ECOME simultáneos en dos áreas por país participante -uno en octubre de 2018 y otro en marzo de 2019- y esto es un gran logro, añade Eloy.
También se efectuaron tres talleres. Dos con los pescadores de México y uno en Belice, con el personal de áreas protegidas de los cuatro países. “A los pescadores les explicamos el ciclo de vida de los peces, es decir, cómo los huevecillos dan lugar a larvas; como estas viajan por el océano y luego regresan a la costa como postlarvas para su crecimiento. Además, les indicamos en qué consisten los ECOME y los invitamos a que participen con nosotros en futuros estudios de este tipo. Algo que nos dio mucho gusto fue que, además de personas ligadas a los grupos comunitarios, asistieron las esposas de los pescadores, quienes son menos tímidas y preguntan y preguntan hasta que comprenden bien un tema”, explica Eloy.
El taller dirigido al personal de áreas protegidas se enfocó en capacitarlos en el uso de equipo oceanográfico, en específico, de los sensores para medir la temperatura del agua, los cuales se adquirieron para el proyecto y se entregaron a representantes de cada área participante.
Taller realizado con pescadores en el Área de Protección de Flora y Fauna Yum Balam, México. Foto cortesía: ECOSUR
En el taller realizado en Xcalak, los representantes de las áreas naturales protegidas aprendieron a reconocer las especies de peces en estadio de postlarvas. Foto cortesía: ECOSUR
¿Cuándo se realiza un ECOME?
Participantes del ECOME realizado en Bacalar Chico, Belice efectúan la revisión de los colectores. Foto cortesía ECOSUR
Se ha visto que -en la temporada de luna nueva, cuando está oscuro-, es cuando las pequeñas larvas que eclosionaron de los huevecillos puestos por sus padres durante la luna llena regresan a la costa, después de haber sido transportadas por las corrientes hacia sitios lejanos, indica Eloy.
“Y cómo es de sabia la naturaleza -añade Eloy-. En este período oscuro, las larvas que lograron sobrevivir al hambre o a sus depredadores, retornan -convertidas en postlarvas- a sus zonas de crianza, entre manglares y pastos marinos, hasta que alcanzan el tamaño adecuado para reproducirse nuevamente. Y este ciclo se repite cada año. Entonces, tres o cinco días antes de la luna nueva se colocan los colectores en los sitios seleccionados y se revisan diariamente hasta cuatro o cinco días después de la fase lunar citada”.
Para este proyecto, apoyado por el Fondo SAM, todos los participantes por país revisaban los colectores entre 6.30 y 9.30 de la mañana, y como hicieron un grupo de WhatsApp, se contaban por esa vía cómo les había ido y se enviaban fotografías de las larvas colectadas. “Crear esta red de apoyo, bastante alentadora, también fue un objetivo del proyecto”, comenta con entusiasmo Eloy.
Participantes del taller efectuado en Punta Gorda, Belice. Foto cortesía: ECOSUR
¿Qué es lo especial de un ECOME regional y participativo?
Los colectores se suben a la superficie dentro de una bolsa que facilita su traslado. Foto cortesía: ECOSUR Locación: Roatán, Honduras
Todos los participantes usan el mismo tipo de equipo de colecta y siguen la misma metodología para recabar las muestras. Efectúan el ejercicio en las mismas fechas, horas y de ser posible a las mismas profundidades, por lo que posteriormente pueden hacer comparaciones. Para lograr esto, se difundieron protocolos de trabajo realizados por el personal de ECOSUR y NOAA. Gracias a la información obtenida de los ECOME, se logra determinar, por ejemplo, la cantidad de ejemplares que se capturó de una especie de postlarva; si hay mayor número de especies comerciales o herbívoras; establecer la diversidad existente de las especies colectadas y conocer los fenómenos o procesos que puedan estar afectando la presencia de estas en las áreas seleccionadas, entre otros temas, explica el licenciado en acuicultura Sergio Hernández, del Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP) en Guatemala, quien participó en el proyecto.
¿Qué pasa luego de la colecta de postlarvas?
Existe un protocolo para realizar los ECOME. Cuando se captura una especie desconocida, esta se preserva en alcohol para enviarla a ECOSUR donde la investigadora Lourdes Vásquez-Yeomans, quien es la experta en la temática, pueda realizar los estudios genéticos que permitirán identificar a aquellas especies cuyo reconocimiento visual es difícil, explica Hernández.
En cambio, cuando se captura a una especie conocida, solo se le toma una foto junto a una regla para medir su tamaño, se procede a identificarla y luego es devuelta al mar. Para ello, se cuenta con un catálogo de identificación de larvas, el cual es un soporte técnico para la identificación de distintas especies de peces.
Especies incluidas en el catálogo de especies del ECOME, realizado por Lourdes Vásquez-Yeomans. Foto cortesía: ECOSUR
¿Qué resultados obtuvieron de este ECOME regional?
Debido a que desde 2013 y al menos una vez al año se ha hecho un ECOME en el SAM (aunque con algunas variaciones, según las posibilidades de cada área), ya hay registros históricos para muchas de las zonas que participaron en este proyecto financiado por el Fondo SAM.
Los colectores que usamos son selectivos, baratos y sencillos, por lo que solo capturan algunas especies de peces. Los de importancia comercial que solemos encontrar y hallamos en esta ocasión fueron pargos, roncos y mojarras. Los de importancia deportiva fueron jacks y palometas y los de importancia ecológica, loros, cirujanos y botetes, explica Eloy.
En el caso de México y Honduras, vimos que la abundancia de peces loros ha incrementado, lo cual es una buena señal, porque tienen un papel importante para los arrecifes. Ellos se comen las algas y evitan que, al cubrir los corales, estos mueran por falta de luz y nutrientes, explica Eloy.
También detectamos ciertas coincidencias. Por ejemplo, cuando hay mucho sargazo disminuye el número de postlarvas y juveniles pequeños que llegan a los colectores. No sabemos exactamente la causa, pero nos llama la atención que coincida con el fenómeno del sargazo, indica el profesional.
Sargazo presente en Bacalar Chico, Belice Foto cortesía: ECOSUR
En Guatemala, Sergio comenta que los sitios Sarstún y Punta de Manabique son bastante diferentes a las demás áreas marinas protegidas que participaron en el ECOME regional, porque los arrecifes están a más profundidad y se necesita equipo de buceo para efectuar las inmersiones, colocar los colectores y luego retirarlos. “Las labores en estas dos áreas demandan mucho más trabajo, hasta para llegar a los sitios seleccionados para la colecta”, explica Eloy, quien añade que: “la riqueza de especies en Guatemala es significativa, porque aporta información sobre algunas especies que solo en ese país han sido registradas durante los ECOME, entre ellas, el lábrido (Halichoeres socialis)”.
Una barracuda en el Refugio de Vida Silvestre Punta de Manabique. Guatemala. Foto: Sergio Hernández/CONAP
Peces conocidos como chromis azules nadan en los arrecifes de coral del Refugio de Vida Silvestre Punta de Manabique en Guatemala. Foto: Sergio Hernández/CONAP
¿Qué importancia tiene un ECOME y para qué sirven sus resultados?
Ejemplo de un mapa de las áreas marinas protegidas que participan en el ECOME y muestra de peces encontrados. Foto cortesía: ECOSUR
Eloy comenta que, al hacerse un monitoreo al mismo tiempo en diversas áreas, se puede conocer qué tan similares son los procesos que ocurren en cada una de ellas.
Sergio explica que, con base en los resultados obtenidos, se pueden adoptar medidas para que haya ordenamiento pesquero, se evite la sobrepesca y la contaminación de mares y océanos; se capacite a los pescadores para que no capturen a los peces en su etapa reproductiva y contribuyan a conservar las áreas de manglares y pastos marinos, esenciales para la crianza y crecimiento de peces de interés comercial.
“Es más, evidenciando los sitios donde haya mayor diversidad de especies se promueve aún más la investigación de estas y su conservación. La información colectada también se puede compartir con otras instituciones que trabajen en la protección de áreas marinas y recursos pesqueros. Se pueden planificar mejor las acciones a emprender para mejorar el manejo de las zonas de no pesca cercanas a los arrecifes de coral y así seguir fomentando la conservación marina”, agrega Sergio.
¿Dónde encontrar los resultados de los ECOME hechos a la fecha?
Catálogo compilado por Lourdes Vásquez-Yeomans, de ECOSUR. Foto cortesía: ECOSUR
Eloy indica que los representantes de cada área protegida que participa en un ECOME registran en su propia base de datos los resultados obtenidos del ejercicio. Pero también en ECOSUR existe un repositorio de información el cual es actualizado constantemente por la maestra en ciencias Vásquez-Yeomans, quien ha hecho un catálogo de las especies encontradas en las áreas marinas protegidas del SAM que han participado en el ejercicio.
Para más información pueden escribir a Eloy al correo electrónico esosa@ecosur.mx