Vigilantes comunitarios protegen Zonas de Refugio Pesquero del Caribe mexicano
Simulacro de vigilancia efectuado por la Sociedad Cooperativa Cozumel durante una capacitación en las costas de la Reserva de la Biósfera de Sian Ka’an (municipio de Felipe Carrillo Puerto) en Quintana Roo, México.
Foto: Minerva Rosette
Por Lucy Calderón
Las Zonas de Refugio Pesquero (ZRP) son áreas delimitadas, con la finalidad de conservar y contribuir, natural o artificialmente, al desarrollo de los recursos pesqueros con motivo de su reproducción, crecimiento o reclutamiento, así como preservar y proteger el ambiente que lo rodea, señala el Artículo 4º fracción LI, de la Ley General de Pesca y Acuacultura Sustentables de México. Sin embargo, si estas no son vigiladas para evitar la pesca ilegal, el esfuerzo de su establecimiento es poco efectivo.
Incluso, los propios pescadores artesanales opinan que, si las ZRP no son vigiladas a través de acciones puntuales de “inteligencia” en lugares y momentos adecuados, y tampoco se sanciona a quienes de forma ilícita capturan a las especies que están tratando de conservar, ¿de qué vale que ellos las respeten?
Ante esta situación y para fortalecer las capacidades de los pescadores que sí están dispuestos a llevar una pesca sustentable, la Alianza Kanan Kay (AKK) y la Asociación Civil Transformación, Arte y Educación, A.C. (TAE), postularon el proyecto Fortalecimiento de las capacidades de vigilancia de seis Cooperativas Pesqueras de la Alianza Kanan Kay, ante la décimo segunda convocatoria del Programa de Pequeñas Donaciones del Fondo para el Sistema Arrecifal Mesoamericano (MAR Fund, en inglés) y resultó seleccionado.
Líneas de acción para contribuir con la sustentabilidad de las pesquerías
La AKK es una iniciativa multisectorial que se formó en México en 2011 para dar respuesta a tres problemáticas: el declive de las pesquerías en pequeña escala en el Estado de Quintana Roo; la degradación de los ecosistemas marino-costeros y la fragmentación de las iniciativas que buscaban atender estas situaciones.
La AKK tiene 34 miembros activos, entre ellos, las seis cooperativas pesqueras situadas al sur del Estado de Quintana Roo, las cuales están siendo beneficiadas con el proyecto descrito e impulsado por MAR Fund en el Arrecife Mesoamericano, explica la ingeniera en ecología y coordinadora de la AKK, Minerva Rosette.
Debido al éxito que la AKK ha alcanzado a lo largo de 10 años de trayectoria -pudiendo citarse el impulso de 17 zonas de refugio pesquero, de las cuales hay 14 vigentes, que cubren 17 mil hectáreas de mar- se tiene la meta de apoyar otras localidades de la Península de Yucatán, comenta Minerva.
¿Quiénes participan en el proyecto de vigilancia comunitaria?
Estos pescadores también son integrantes de los comités de vigilancia de las cooperativas participantes: tres de la Reserva de la Biósfera Banco Chinchorro y tres de la Reserva de la Biósfera de Sian Ka’an.
Por lo general, estos pescadores se dedican a la captura de langosta durante los ocho meses en que es permitido hacerlo. Cuando hay veda, se enfocan en las especies de escama como los meros, pargos y boquinetes, o bien, se dedican a la reparación de sus palafitos (pequeñas cabañas donde se alojan en los campamentos pesqueros), o a efectuar otras actividades.
Según indica Minerva, el producto que capturan es comercializado a través de intermediarios en Asia (China), Estados Unidos y Canadá, mientras un menor porcentaje se distribuye a escala local en Cancún, Tulum o la Riviera Maya.
Estas 60 personas han recibido capacitaciones presenciales y virtuales sobre vigilancia comunitaria, impartidas por el abogado Raziel Villegas Núñez, Representante Legal de TAE, quien cuenta con una maestría en políticas públicas y vasta experiencia en la materia.
“Trabajé 10 años en la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, donde mi quehacer diario era inspeccionar y litigar asuntos relacionados con dichas inspecciones. Estas actividades ampliaron mi conocimiento sobre cómo hacer la supervisión de vigilancia y cómo reacciona un particular ante este proceso. Con esta información desarrollé un primer protocolo de actuaciones y es el que usamos con los pescadores”, relata Raziel.
Según añade el abogado, la vigilancia comunitaria que efectúan los pescadores, es la respuesta a una política pública deficiente por parte del Estado mexicano, que carece de los recursos necesarios para hacer la inspección y vigilancia, e imponer las sanciones respectivas ante los ilícitos en materia de pesca.
Ante es falta de acción gubernamental, se está capacitando a los pescadores de la AKK, porque ellos son organizados, trabajan de forma legal y efectúan prácticas sustentables. Entonces, lo que pretendemos a través de este proyecto, y creo que estamos haciendo un buen trabajo, es fortalecer esas capacidades, para que los pescadores efectúen esa necesaria vigilancia comunitaria y protejan esos recursos marinos y pesqueros que tienen derecho de aprovechar. De esta manera, se evita que lo haga alguien más y de forma ilegal afirma Raziel.
¿Qué están aprendiendo los pescadores?
Asistentes al taller teórico impartido por el abogado Raziel Villegas, de TAE. Foto: Minerva Rosette
También se les está instruyendo sobre la forma correcta de solicitar apoyo a alguna autoridad para hacer las labores de vigilancia, porque ellos como individuos que pertenecen al sector privado, no pueden hacer detenciones, retener producto o asegurar lanchas, solo pueden informar sobre el acto ilícito que están presenciando. “Los orientamos para que sepan a quién le pueden pedir asistencia, de qué manera, cuáles son los fundamentos, por qué esa autoridad está obligada a apoyarlos y las consecuencias que la entidad tendría que afrontar si les niega el apoyo”, añade Raziel.
Debido a que los vigilantes comunitarios no están autorizados para portar armas, se les inculca que ninguna cantidad de langosta, caracol u otra especie marina protegida o en tiempo de veda, vale lo suficiente como para que ellos -tratando de enfrentar a los malhechores- pierdan su vida o terminen en el hospital. “Ellos siempre tienen presente este mensaje y si usted les pregunta qué es lo principal o más importante que deben cuidar durante su labor de vigilancia, todos le responderán: mi integridad”, afirma Raziel.
Asimismo, se les enseña que deben ir en grupos a efectuar los recorridos de vigilancia, que cada integrante tiene un rol qué desempeñar y todos deben cuidarse entre sí. De igual forma deben planificar rutas de salida ante cualquier eventualidad.
“En la Reserva de la Biósfera de Banco Chinchorro hay crimen organizado; quienes lo integran, además de estar armados, usan embarcaciones con motores de hasta 200 caballos de fuerza, contra las cuales las pequeñas embarcaciones de los pescadores artesanales no pueden competir. Pero, después de las capacitaciones recibidas, los pescadores han internalizado que no deben exponerse ni tomar las cosas personales, porque quien tiene que pelear, pero en tribunales y no a golpes, es su servidor”, comenta Raziel.
Grupo de pescadores del comité de vigilancia comunitaria de la Sociedad Cooperativa Cozumel, en compañía de Raziel Villegas (segundo de derecha a izquierda). Foto: Minerva Rosette
Grupo de vigilancia comunitaria de la Sociedad Cooperativa José María Azcorra, junto a Minerva Rosette (izquierda) y Raziel Villegas (de pie, cuarto de izquierda a derecha).
En los talleres prácticos los líderes de cada comité de vigilancia usan los teléfonos celulares que se les compraron con los fondos otorgados por MAR Fund para hacer las actas de reporte utilizando la Aplicación Móvil “Denuncia Pesquera” diseñada y desarrollada durante el proyecto. Foto: Minerva Rosette
Los pescadores también están aprendiendo a usar la aplicación Denuncia Pesquera, la cual fue desarrollada durante el proyecto con base al protocolo de vigilancia elaborado por Raziel. Con esta aplicación, que estrenaron el pasado mes de enero de 2021, al identificar un ilícito, los usuarios pueden georreferenciar el sitio, tomar fotos, subirlas a la plataforma e ir llenando un formulario que genera un reporte, el cual, al verificarse que fue debidamente llenado, puede convertirse en una denuncia.
La App Denuncia Pesquera está en uso por los pescadores desde enero de 2021.
Minerva Rosette señala que la aplicación fue diseñada para que los pescadores puedan usarla aún sin tener acceso a Internet. Al momento de que cuenten con conexión a la Red, la información que hayan ingresado llegará a la plataforma que administra Raziel y que se ha convertido en una importante base de datos sobre pesca ilegal.
Vigilantes comunitarios aprenden a usar la App Denuncia Pesquera durante un taller práctico. Foto: Minerva Rosette.
Para facilitar el aprendizaje del uso de la Aplicación Denuncia Pesquera, los líderes de este proyecto produjeron videos informativos e infografías. Estas últimas se las hacen llegar a los pescadores de forma electrónica e impresa para que puedan colocarlas en sus comunidades y que todos los habitantes las tengan a la vista. También se prepararon vídeos educativos para que los pescadores asimilen que sus labores no deben poner en riesgo su integridad personal o incluso su vida, comenta Raziel.
La información sobre esta aplicación está disponible en www.denunciapesquera.org
¿Qué pasa después de promover una denuncia y qué impactos se han identificado a la fecha?
Paisaje de Banco Chinchorro. Foto: Minerva Rosette
Minerva indica que además del acompañamiento que la AKK está dando a los comités de vigilancia, para que mejoren su labor, Raziel y su equipo de trabajo le dan seguimiento a las denuncias que presentan los pescadores. De esta manera, se protege su identidad y se evita que se sientan intimidados o en peligro de represalias al denunciar los ilícitos.
De acuerdo con Raziel, con estas capacitaciones, las denuncias y el seguimiento de las mismas, al igual que con el trabajo de vigilancia, la concienciación y socialización de datos, se pretende que la curva de pesca ilegal comience a bajar.
La buena noticia es que las citadas acciones están dando resultados, porque el comité de vigilancia de la Cooperativa Pescadores de Vigía Chico ubicada en Punta Allen está haciendo un excelente trabajo. Este comité lo lidera un pescador comprometido y entusiasta, quien ha logrado el apoyo de la armada y la guardia nacional, y por ese desempeño e ímpetu con el que efectúan sus tareas, se ha observado una disminución de la pesca ilegal en ese sitio, relata Raziel.
Otros impactos positivos son que a las capacitaciones se han sumado cooperativas de prestadores de servicios turísticos. También existe un convenio verbal con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) para brindarles asesoría legal, asistencia y apoyo jurídico, y cuando sean ellos quienes encuentren a una persona cometiendo algún ilícito, sepan cómo actuar y ante quién presentarse, dice Raziel. Según añade el abogado, los guardaparques de la CONANP tienen que llenar otro tipo de papeleo, pero se les está ayudando para que tenga sentido el cuidado de las áreas naturales que ellos tienen a su cargo.
Por aparte, el proyecto logró visibilizar la importancia de la vigilancia comunitaria y dos comités de vigilancia del sur de la Reserva de Sian Ka’an pidieron que les repliquen a todos los afiliados a las cooperativas, los dos talleres teóricos y uno práctico que ellos recibieron. Por último, pero no menos importante, la Secretaría de Pesca y Acuacultura Sustentable de Yucatán ha solicitado ser miembro de la AKK, comenta Raziel.
Según explica el abogado, con el apoyo de la secretaría en mención, se seguirá fortaleciendo a los pescadores de Yucatán para que no dependan de un subsidio durante las épocas de veda, sino que efectúen otras actividades económicas redituables. Y el momento en el que podrán poner a prueba su emprendimiento será durante el Festival de la Veda, el cual se realiza anualmente en Yucatán del 1 de febrero al 31 de marzo.
La prueba final para los integrantes de los seis comités de vigilancia que recibieron estas capacitaciones y en la que pondrán en práctica todos los conocimientos adquiridos, será su participación en un torneo, tipo rally, el cual se realizará en el último trimestre de 2021.