Fortalecen estrategias y operaciones de vigilancia en los arrecifes de Cozumel
Embarcación en curso por el Parque Nacional Arrecifes de Cozumel (PNAC). Foto: CONANP
Por Lucy Calderón
La rica diversidad de flora y fauna marina que lo habitan, así como la belleza escénica que ofrece el Parque Nacional Arrecifes de Cozumel (PNAC) -situado en el municipio de Cozumel, del Estado de Quintana Roo, México- atrae la visita diaria de miles de turistas a sus aguas.
Asimismo, en la zona de usos múltiples, las cooperativas de pescadores autorizadas efectúan sus faenas para obtener la pesca del día. Pero, a veces por desconocimiento y otras por el afán de obtener ganancias, muchas otras personas ingresan sin autorización al parque y cometen actos ilícitos.
Para contribuir a paliar la situación, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), entidad a cargo del manejo del PNAC, participó en la décima convocatoria del Programa de Pequeñas Donaciones del Fondo para el Sistema Arrecifal Mesoamericano (MAR Fund, en inglés) y obtuvo los recursos financieros para ejecutar el proyecto: “Fortalecimiento de las estrategias y operaciones de vigilancia en el Parque Nacional Marino Arrecifes de Cozumel”. Este se ejecutó de 2018 a 2019 y se enfocó en mejorar las capacidades en materia legal ambiental, tanto del personal de la CONANP, como de los integrantes de un grupo de vigilantes comunitarios que se formó al mismo tiempo.
Para ejecutar los fondos recibidos y empezar las capacitaciones, la CONANP se alió con la Fundación Comunitaria Cozumel, la cual tiene 29 años de trayectoria en impulsar proyectos en beneficio de los cozumeleños, según explica su director Octavio Rivero. “En este caso, nuestro papel consistió en verificar que las actividades planeadas se llevaran a cabo conforme fueron presentadas y aprobadas por MAR Fund. Y de igual manera, supervisamos que los recursos se usaran correctamente”, añadió Rivero.
¿De qué ilícitos hablamos?
De acuerdo con la bióloga Blanca Quiroga, de la CONANP, las principales actividades económicas en el PNAC son el turismo y la pesca, pero en ambas se presentan situaciones que requieren la acción coordinada de representantes de distintas organizaciones para frenar irregularidades.
Por ejemplo, las embarcaciones que pueden ingresar en el parque con turistas a bordo deben contar con una autorización que extiende la CONANP. Esto ayuda a que la entidad pueda tener un control y no se sobrepase la cantidad de barcos (244) y visitantes (2,500) permitidos en un día dentro del área natural protegida.
Sin embargo, Quiroga comenta que hay operadores turísticos y dueños de embarcaciones -tanto de Cozumel como provenientes de otros puertos de Quintana Roo- que sin el permiso correspondiente ingresan al PNAC y no solo sobrepasan la capacidad de carga del sitio, sino que al desconocer su fragilidad y las reglas que lo rigen, efectúan prácticas nocivas como lo son manipular y extraer especies marinas de su hábitat, darle de comer a los animales y, en ocasiones, hasta rompen los corales.
En cuanto a los pescadores independientes, hay quienes además de no tener su licencia para pescar, pescan en zonas prohibidas, con equipo no permitido o ilegal, incumplen períodos de veda y sacan de sus zonas de vida a especies en peligro de extinción. Por lo general, la pesca ilícita se produce por las noches y la entrada de embarcaciones no autorizadas, por las mañanas y tardes, añade Quiroga.
Actuar en cumplimiento de la ley
Aunque en el PNAC cualquiera que detecte un ilícito puede detener a quien lo esté cometiendo, Quiroga señala que no es una tarea fácil, porque no se sabe a qué se puede uno enfrentar. “Es importante contar con habilidades y conocimiento de cómo actuar en conjunto con las autoridades correspondientes”, añade la profesional.
Debido a que el área de experiencia de la CONANP es más que todo en el área biológica y ecológica, así como en los recorridos de vigilancia -con el apoyo recibido de MAR Fund- el proyecto organizó talleres de capacitación en materia legal, los cuales les impartieron abogados del Centro Mexicano de Derecho Ambiental, A.C. (CEMDA) y de la Procuraduría Federal Protección del Ambiente (PROFEPA).
Curso sobre tema legal-ambiental que impartió un profesional del CEMDA. Foto: CONANP
También contrataron, para una consultoría de seis meses, al abogado Raziel Villegas, de la Alianza Kanan Kay (iniciativa de colaboración intersectorial para el manejo pesquero sustentable y la conservación marina de la Península de Yucatán), quien los apoyó en la implementación de operativos de vigilancia eficientes, en el conocimiento del proceso correcto para hacer las denuncias de ilícitos ante las instancias correspondientes y les ofreció retroalimentación sobre la forma en que, hasta esa fecha, realizaban sus reportes y denuncias. En la actualidad, la Alianza Kanan Kay, con apoyo de Raziel y Transformación Arte y Educación (TAE), continúan su labor en otras áreas, apoyando a la CONANP y a los pescadores en este tema.
Según explica Quiroga, era importante para el personal de la CONANP conocer los procedimientos de seguridad y de derechos humanos que deben tener presentes al participar, junto con la marina y guardia nacional, en los recorridos de vigilancia y al momento de hacer alguna detención. En el período en que se efectuó el proyecto en dicha entidad, Quiroga relata que en la oficina de la CONANP en Cozumel eran 13 personas, pero por recortes de personal, solo hay 10, entre oficiales que realizan trabajo de campo y administrativos.
El abogado Raziel Villegas imparte un curso a personal de la CONANP. Foto: CONANP
En el grupo comunitario comenzaron cinco personas (entre guías de buceo, operadores turísticos, estudiantes y voluntarios) y con el tiempo se sumaron otras tres. Ellas continúan fortaleciéndose y han sido capacitadas por la Procuraduría Federal de Protección del Ambiente (PROFEPA) para hacer más formal su trabajo, cuenta Quiroga.
Además, reciben subsidios de la CONANP para seguir adquiriendo conocimientos y habilidades en su área de acción y tuvieron un intercambio de experiencias con un grupo de vigilancia comunitaria de Sian Ka’an que ya tenía tres años de estar formado.
Quiroga relata que, a los participantes, su involucramiento en este grupo de vigilancia les cambia mucho su ideología sobre los procedimientos legales para aplicar la ley, ya que ahora comprenden mejor la actuación de las autoridades.
El citado grupo tiene reuniones periódicas para coordinar y planificar su trabajo en conjunto con la CONANP. Patrullan el parque continuamente, realizan dos monitoreos biológicos al año y en la actualidad planean monitorear adicionalmente algunos recursos pesqueros como el caracol rosado y la langosta, comenta Quiroga.
De tal manera que la conformación de este grupo de vigilantes y las capacitaciones recibidas son los productos más relevantes que se lograron gracias al apoyo de MAR Fund, finalizó Quiroga.
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