Comunidades del caribe de Guatemala participan en la conservación y restauración de manglares
Pescadores de Barra Sarstún, en el municipio de Lívingston, departamento de Izabal siembran mangle en el área en la que desean mantener su cobertura. Foto: EcoLogic
Por Lucy Calderón
“Los manglares son importantes, porque entre sus raíces crecen los róbalos, camarones y jaibas que consumimos. También nos dan frescura”, dice Ada Tróchez, mientras se protege del intenso calor, debajo de las ramas de un mangle rojo que crece en la comunidad de San Juan, en el municipio de Lívingston, del departamento de Izabal, Guatemala.
“Estos árboles también ofrecen protección contra tormentas y son refugio de los peces y el camaroncillo que luego capturamos para el consumo familiar o la venta”, comenta Humberto Cino Saquil, presidente del Consejo Comunitario de Desarrollo, de la citada comunidad, quien al preguntarle, qué le gustó más del taller en el que participó -en el cual abordaron la importancia del bosque manglar, responde sonriente: “conocer la cantidad de especies de mangle que hay en el país. Seis para ser exactos”.
Humberto Cino Saquil, presidente del Consejo Comunitario de Desarrollo de la comunidad de San Juan, en el municipio de Livingston, departamento de Izabal. Foto: EcoLogic
La señora Ada Tróchez es una lideresa en su comunidad. Foto: EcoLogic
La participación y liderazgo comunitario en estrategias de conservación y restauración de ecosistemas es crucial para que estas sean exitosas. Por eso, en el Área de Uso Múltiple Río Sarstún (AUMRS) -área protegida en Guatemala según Decreto 12-2005 y humedal de importancia mundial en el caribe guatemalteco-, las comunidades San Juan y Barra Sarstún están involucradas en la protección de los manglares de esa región del Arrecife Mesoamericano.
“El trabajo de los habitantes de dichas comunidades en la reducción de las principales amenazas que enfrentan estos bosques costeros (tala y quema), contribuirá a que sigan disfrutando de los beneficios y servicios que les ofrecen y, en consecuencia, mejoren sus condiciones de vida”, explica el ingeniero agrónomo Mario Ardany de León, Oficial de Programa de la organización no gubernamental EcoLogic Development Fund, que está a cargo de la ejecución del proyecto piloto: Conservación, Restauración y Monitoreo del Ecosistema Manglar con Liderazgo Comunitario en el AUMRS.
A su vez, el citado proyecto es financiado por el Fondo para el Sistema Arrecifal Mesoamericano (MAR Fund, por su acrónimo en inglés) y el proyecto Manejo Integrado de la Cuenca al Arrecife de la Ecorregión del Arrecife Mesoamericano (MAR2R, por su acrónimo en inglés). MAR2R es ejecutado por la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo (CCAD), en coordinación con los ministerios de ambiente de México, Guatemala, Belice y Honduras, -los cuatro países que abarca el SAM-, con el financiamiento del Global Environmental Facility, a través del Fondo Mundial para la Naturaleza como agencia implementadora.
De León comenta que para alcanzar la meta de conservación se mantendrá el área boscosa tropical existente en la parte alta y media de cada comunidad, e igual se cuidará el manglar de las partes bajas. Para la restauración de las áreas que han sido taladas o quemadas, además de mangles, se implementarán sistemas agroforestales, es decir, la combinación de cultivos de granos básicos con árboles de rápido crecimiento como los de san Juan (Vochyasia guatemalensis), barillo (Symphonia globulifera), cahué (Pterocarpus officinalis) y frutales.
El ingeniero agrónomo Mario de León (a la derecha) explica la técnica de siembra de mangle que usarán en la localidad de Barra Sarstún. Foto: EcoLogic
Pobladores de San Juan revisan los viveros de caoba (Swietenia macrophylla) y guama (Inga edulis) que usarán en los sistemas agroforestales. Foto: EcoLogic
“La idea es que las personas tengan otra fuente de alimentación, porque después de la cuarentena por la pandemia de la COVID-19 y las tormentas ETA e IOTA, se dieron cuenta de que solo de comer pescado ya no pueden vivir y tuvieron que intercambiar sus capturas del día por maíz, frijol y frutas”, relata de León.
Otra tarea que se contempla en el proyecto será gestionar ante la Oficina de Control de Áreas de Reserva del Estado (OCRET), el arrendamiento de las zonas a conservar y restaurar, para que estas plantaciones puedan inscribirse en el Programa de Incentivos Forestales, PROBOSQUE, del Instituto Nacional de Bosques (INAB). Las actividades para lograr los anteriores objetivos comenzaron en septiembre de 2020 y se espera que culminen en noviembre de 2021, añade de León.
Intercambio de conocimientos
Habitantes de San Juan escuchan con atención acerca de las técnicas de manejo y restauración forestal que se usarán en la comunidad. Foto: Cesar J. Zacarías-Coxic
“La participación voluntaria e informada de las comunidades en la conservación de los recursos naturales es imperante, porque cuando se habla de gobernanza forestal y acciones de recuperación de ecosistemas, las primeras que tienen que estar empapadas del tema y convencidas son las comunidades. Nosotros, como representantes de instituciones, podemos identificar áreas y trabajarlas, pero el éxito no dependerá de cuánto dinero se tenga para implementar los proyectos, sino de cuánto se involucren las comunidades. Porque al final, ¿quiénes cortan el bosque? ¡Las personas! Entonces, cuando ellas están empoderadas del tema y han colaborado con acciones para beneficio de todos, ayudan a que no haya tala, ni sobrepesca. De ahí la importancia de tomarlas en cuenta para hacer los procesos”, afirma con plena seguridad Cesar J. Zacarías-Coxic, encargado 2 de manglares, a nivel nacional, por parte del INAB.
“Por su experiencia de más de una década en conservación y restauración de manglares, así como por haber impulsado las Mesas Locales de Mangle en Guatemala, quién mejor que Zacarías-Coxic para compartir con los habitantes de San Juan y Barra Sarstún información y técnicas para el manejo sostenible de este vital ecosistema”, afirma de León.
Zacarías-Coxic comenta que, en San Juan, a pesar de la barrera del idioma, -porque sus habitantes hablan q’eqchí y se requirió la ayuda de un intérprete-, fue satisfactoria la interacción lograda con los 22 participantes y hasta visitaron el área que esperan inscribir en el PROBOSQUE. “Las personas de San Juan tenían un genuino interés en aprender sobre el ecosistema manglar, del cual desconocían particularidades, porque no son oriundas del Caribe, sino que migraron desde las zonas montañosas de Cobán, Alta Verapaz, en la región central de Guatemala”, dice Zacarías-Coxic.
Vista del muelle de la comunidad de San Juan. Foto: César J. Zacarías-Coxic
Mientras, en Barra Sarstún, Cesar impartió dos talleres. Uno, a 15 pescadores, y otro, a 20 estudiantes de educación básica. Con los primeros, el aprendizaje fue de doble vía, asegura el instructor, porque ellos también le compartieron anécdotas de sus experiencias en el mar y en la costa. Y debido a que tenían más dominio del tema, hasta tuvieron tiempo de conversar sobre el Reglamento para el Manejo Sostenible del Recurso Forestal del Ecosistema Manglar.
Con los segundos, quizás por ser jóvenes y tímidos, no dialogaron mucho, pero sí prestaron atención al mensaje, dice Zacarías-Coxic.
En esta área de Barra Sarstún hay regeneración natural del bosque manglar y también se aprecia el servicio de protección costera que ofrece este ecosistema. Foto: César J. Zacarías-Coxic
¿Por qué actuar de la cuenca al arrecife?
Bosque de mangle negro situado frente al océano Atlántico. Foto Cesar J. Zacarías-Coxic
Cuando se piensa en trabajar a nivel de cuencas, “hay mucha tela que cortar”, dice Zacarías-Coxic. Esto se debe a los diversos intereses y problemas que surgen al querer disponer de los diferentes recursos naturales como el agua, el suelo o la vegetación, por mencionar algunos. Si estos recursos no se manejan adecuadamente, la situación repercute en la pérdida o degradación de los ecosistemas. Por ejemplo, si se quita la cobertura vegetal del suelo, este queda expuesto a procesos de erosión por efectos del viento y el agua, y con las lluvias, estas partículas de tierra son arrastradas por los ríos y las escorrentías, desde la parte alta de la cuenca hacia la baja, donde ocasiona procesos de sedimentación y eutrofización, modificando así algunos sistemas naturales como manglares, lagunas costeras y pastos marino, asegura Zacarías-Coxic.
Al respecto, Carlos Rodríguez Olivet, especialista marino-costero y de salvaguardas del Proyecto MAR2R, a cargo de la articulación de actores en la región del SAM para el manejo de los recursos marino-costeros y de agua dulce, comenta que una de las tareas que ayudó a organizar en 2019 -por invitación de MAR Fund y del Instituto Smithsonian, con apoyo de la Cooperación Alemana-, fue el taller en el que participaron más de 70 personas de la región del SAM, para elaborar la Estrategia Regional de Manejo Conservación, Restauración y Monitoreo de Manglares en el Arrecife Mesoamericano 2020-2025.
A partir de dicha estrategia, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente-Convención de Cartagena, MAR2R y MAR Fund, también están colaborando en la creación de un manual de prácticas y técnicas para la restauración de manglares y un mapa ecorregional que muestre los sitios prioritarios a atender, añadeRodríguez.
Según explica el funcionario, debido a que es necesario el fortalecimiento de capacidades locales para ir aprendiendo más y mejores técnicas de manejo, así como buenas prácticas en el ecosistema manglar, otra de las acciones para lograr las metas trazadas en el componente a su cargo está orientada en abrir oportunidades de participación a pueblos indígenas y comunidades locales. Y una forma de involucrarlos es a través de los proyectos piloto o demostrativos, como el que EcoLogic está liderando en San Juan y Barra Sarstún, el cual se tiene contemplado replicar en Belice.
Tags: Área de Uso Múltiple Río Sarstún (AUMRS), barillo (Symphonia globulifera), Barra Sarstún, cahué (Pterocarpus officinalis), Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo (CCAD), EcoLogic, EcoLogic Development Fund, Estrategia Regional de Manejo Conservación, ETA e IOTA, Global Environmental Facility, guama (Inga edulis), Instituto Nacional de Bosques (INAB), Instituto Smithsonian, Manejo Integrado de la Cuenca al Arrecife de la Ecorregión del Arrecife Mesoamericano (MAR2R), Oficina de Control de Áreas de Reserva del Estado (OCRET), PROBOSQUE, Programa de Incentivos Forestales, Restauración y Monitoreo de Manglares en el Arrecife Mesoamericano 2020-2025., Swietenia macrophylla, Vochyasia guatemalensis