La ruta hacia nuevas zonas de recuperación pesquera en Honduras
Por Lucy Calderón
“Nuestro trabajo no finaliza cuando un área marina es declarada protegida. Todo lo contrario, es cuando comenzamos otro tipo de gestiones: ¿cómo se administrará?, ¿quiénes participarán?, ¿cómo se supervisará la zona y se financiarán las actividades de monitoreo y control?, y algo fundamental, ¿cómo se hará sostenible?”, explica Diana Vásquez, bióloga y Directora Ejecutiva del Centro de Estudios Marinos (CEM) en Honduras, a quien le apasiona la protección de los recursos naturales, no solo porque su perfil académico y profesional se enfoca en la materia, sino porque ha trabajado muchos años en comunidades costeras.
“Conozco el día a día de un pescador, he compartido con sus familias en sus casas y comprendo su vinculación con el mar, las limitaciones y frustraciones en general del sector pesquero y la importancia que tiene nuestro apoyo para hacer sostenible su faena diaria”, añade Diana, quien lidera el proyecto Asegurando la Sostenibilidad de las Áreas de No Pesca en El Caribe de Honduras, el cual tiene el apoyo financiero del programa “Re-granting” del Fondo SAM.
Lo bueno es que Diana no está sola. Un equipo de 12 personas la acompaña en la tarea de crear en el caribe hondureño cuatro nuevas Zonas de Recuperación Pesquera (ZRP), y contribuir con ellas a la meta global del país de proteger el 20% de sus aguas con acceso a la pesca. “En el CEM trabajamos desde hace cinco años para apoyar a que se alcance esa meta de conservación y es ahí donde el financiamiento de donantes como el Fondo SAM es valioso”, asegura Diana.
Algunos de los investigadores del CEM durante su reunión anual de convivencia. Foto: CEM
Ampliando brechas
Tanto las Áreas Marinas Protegidas (AMPs) como las ZRP son categorías de manejo en áreas marino costeras. Pero mientras las primeras no necesariamente tienen prohibición a la pesca, en las segundas sí está restringido cualquier tipo de extracción, explica Diana.
La extensión y ubicación de las áreas que puedan declararse como ZRP dependen de las negociaciones que se hayan establecido con las comunidades ubicadas dentro de la zona de influencia.
Pescadores artesanales de Guanaja junto con investigadores del CEM validan las ZRP de su comunidad. Foto: CEM
Hay que invertir tiempo y esfuerzo en hacer consultas y estudios para determinar los sitios prioritarios y cuáles vale la pena impulsar, porque si los pescadores no quieren cederlos, nada se puede hacer. “Son ellos, quienes con base en sus necesidades deciden si permitirán declarar una zona como protegida. A veces le temen al proceso y a cómo les afectará en su economía familiar el dejar de pescar donde están acostumbrados. Pero se les explica que al final se trata de una inversión, que después de un tiempo habrá más peces y en consecuencia, mejorarán sus ingresos económicos”, relata Diana.
Cuando los pescadores tienen claro el panorama y perciben la ZRP como una reserva para sus pesquerías, más que para solo impulsar el sector turístico u otras actividades, muestran menos resistencia y participan con entusiasmo en el diseño y administración del área. “Además, ellos son los beneficiarios directos de cualquier compensación económica que resulte de la herramienta de sostenibilidad financiera que se aplique en esta”, añade Sara Bonilla, Coordinadora del Programa de Investigación Socioeconómica del CEM.
Taller de fortalecimiento organizacional en el que participa la asociación de pescadores de Guanaja. Foto: CEM
La declaración de una ZRP lleva entre dos o tres años, porque primero se debe obtener información biofísica y socioeconómica del área. Estos datos hay que darlos a conocer a los habitantes de todas las comunidades aledañas y hacer gestiones a nivel de gobierno local y central para armar expedientes técnicos. Cuando esos documentos están listos, debe buscarse la validación social, para después comenzar el proceso legal que consiga la emisión por parte del gobierno de un acuerdo de protección. Posteriormente, ese acuerdo hay que difundirlo de forma comprensible para las autoridades locales y los habitantes de las comunidades.
Validación de la delimitación de las ZRP con pescadores artesanales de Guanaja. Foto: CEM
La unión hace la fuerza
Con el financiamiento que el Fondo SAM otorgó al CEM para el proyecto citado, Diana y colegas trabajan en el desarrollo de la metodología para alcanzar la gobernanza y la sostenibilidad económica requerida.
La meta es vincular a todos los actores posibles: usuarios, instituciones de gobierno local y central, organizaciones no gubernamentales, empresas, entre otros. De esta manera lograrán la gobernanza que se verá traducida en el manejo compartido de las ZRP.
El acercamiento con los usuarios lo efectúan al llegar a sus comunidades y entrevistarlos para obtener los datos socioeconómicos que demanda el proyecto. Ahí aprovechan para hablarles de las iniciativas que tienen planificadas y los invitan a sumarse de manera proactiva. También les explican la importancia de fortalecer su liderazgo y de agruparse para impulsar en forma conjunta sus iniciativas; para avanzar hacia sus metas, los orientan a vincular y trabajar sus propuestas en coordinación con las autoridades locales.
Sara Bonilla recopila información socioeconómica de las familias de la comunidad Barra Motagua en Honduras. Foto: CEM
En cuanto a la comunicación y liderazgo del gobierno municipal, según la experiencia de las investigadoras, los alcaldes tienen bastante poder de decisión, y son ellos quienes han impulsado las declaratorias de las ZRP que a la fecha existen en Honduras.
Análisis biológico de la zona
El estudio biológico que debe efectuarse en un sitio antes de declararlo como ZRP lleva varias etapas: desde la planificación de la herramienta científica, hasta la definición de los elementos clave que se quieren proteger.
Investigador del CEM recolectando información de arrecifes en Honduras. Foto: CEM
También es vital entender de qué viven en las comunidades usuarias de las áreas propuestas; cuáles son las especies acuáticas de interés comercial de las que se pretende aumentar su población; saber si se trata de una zona de desove o de crecimiento de langostas; si es una zona de manglares, entre otros aspectos. ¿La razón? “Yo no voy a proteger algo que no me generará ningún beneficio futuro o que no es de mi interés porque no me dedico a esa actividad; y para tener éxito en la iniciativa hay que generar un vínculo entre la comunidad y lo que se quiere resguardar”, comenta Diana.
Por eso, en el CEM siempre tratan de vincular a todos los socios locales y externos que pueden. Hacen gestiones con la Fuerza Naval para que les presten embarcaciones; con la municipalidad para que les proporcionen combustible; con los pescadores para que sean los capitanes de los barcos o para que sean los buzos de acompañamiento de los investigadores. ¿Cuánto tiempo les lleva esta logística? Depende del tamaño del área y lo que se vaya a estudiar, pero son entre 6 a 12 meses.
Arrecifes de las ZRP de Guanaja. Foto: George Stoyle
La pregunta del millón: ¿cómo hacer sostenible un área de no pesca?
Sara comenta que uno de los primeros pasos para determinar qué modelos de financiamiento se deben implementar en las ZRP es establecer comités interinstitucionales que analicen cuáles son sus mejores opciones.
“Nosotros propiciamos el encuentro entre organizaciones, pescadores y gobiernos locales para juntos decidir cuál es el mejor modelo financiero a implementar, de acuerdo con la capacidad de quienes vayan a ser los administradores, porque el CEM no se involucra en el manejo de recursos financieros”, añade Diana.
Según las entrevistadas, la identidad idónea para hacerse cargo de la administración de los recursos es una municipalidad, porque es la única institución que puede declarar o establecer impuestos, cánones, retenciones o darle prebendas fiscales o legales al sector turístico.
De ahí que el CEM, a través de este proyecto que apoya el Fondo SAM, se encuentre estableciendo una red de 21 alcaldías de comunidades costeras, a cuyos representantes están motivando a pensar de forma unificada, como una sola región, para contrarrestar en bloque las amenazas que afectan a sus recursos marino-costeros.
Pescadores artesanales de la comunidad de Flores, Omoa navegan por su territorio. Foto: CEM
Notable caso de éxito
En Honduras hay seis ZRP: Dos en Guanaja; dos recién inauguradas el 26 de abril de 2018 en Utila; una en Puerto Cortés; y otra bajo manejo especial en Cayos de la Moskitia. Esta última es llamada Zona Exclusiva de Pesca Artesanal (ZEPA), una de las más grandes en su tipo en América Latina; abarca nueve mil kilómetros cuadrados, de los cuales tres mil quinientos son de arrecifes de coral.
De las anteriores ZRP, las de Guanaja son un caso particular, porque la municipalidad estableció un canon turístico y todas las personas que ingresan a esa isla deben pagar US$10. Ese dinero, que deben recaudar los hoteleros y dueños de restaurantes, va al Fondo Ambiental de Guanaja, administrado por la Comisión Guanajeña, BICA-Guanaja y las asociaciones de pescadores. Este fondo se distribuye de la siguiente manera: 33% para programas de control y vigilancia; 33% para un programa de reforestación de mangle y educación ambiental; 33% para apoyar las asociaciones de pescadores y financiar diferentes emprendimientos con el fin de mejorar su calidad de vida; y el 1% restante para gastos administrativos del mismo fondo.
Sin embargo, en las cuatro nuevas zonas que se pretende declarar como ZRP no se puede replicar con exactitud el caso de Guanaja, porque no son zonas turísticas, sino dedicadas a la pesca. “Hay que buscar alternativas viables. Por ejemplo, en Puerto Cortés se está analizando que las empresas contribuyan con el pago de un canon ambiental, como parte de su Responsabilidad Social Empresarial”, dice Sara.
Las cuatro nuevas ZRP que el CEM con el respaldo de los pescadores y el apoyo de las autoridades locales está impulsando, se espera sean establecidas en las Islas de Roatán; en la ciudad de Trujillo, capital del departamento de Colón; en el municipio de Omoa y en el Puerto Cortés, ambas en el departamento de Cortés. “Estas propuestas de ZRP están en diferentes fases de reconocimiento, unas más avanzadas que otras, pero todas caminando”, concuerdan Sara y Diana.
Bellos arrecifes de las ZRP de Guanaja, Honduras. Foto: George Stoyle
La buena comunicación también es clave
“Si tenemos la información y no la podemos comunicar, es un fracaso. Por eso en el CEM, aunque la mayoría somos biólogos y estamos acostumbrados a trabajar en solitario en los laboratorios, ahora estamos aprendiendo a interactuar y comunicarnos de mejor manera con las personas que se verán impactadas con el resultado de nuestras investigaciones”, dice Diana.
El CEM se alió con Rare, una organización con experiencia en el campo de la comunicación, y sus representantes están enseñando a los biólogos a planificar campañas de mercadeo social, a saber cómo ejecutarlas y evaluarlas. Han diseñado un mapeo de actores clave para entender qué tipo de instituciones y personas son las más importantes dentro del ámbito de las declaratorias de zonas de recuperación pesquera y están definiendo sus tipos de audiencias.
“Los donantes por lo general están interesados en procesos científicos, pero les falta comprender que la implementación de los resultados no se logra sin la comunicación de los mismos. ¿Cómo llegarle al pescador y a su familia para que comprenda los beneficios que obtendrá de X o Y estudio? Saber comunicarnos con ellos es transcendental. El apoyo del Fondo SAM nos ha permitido ir más a esa parte social que era débil en nuestros proyectos y en consecuencia hemos ampliado nuestro radio de acción; hemos logrado iniciar la red de alcaldes y manejar el tema de gobernanza de forma más integral; ya no se quedan los procesos a medias”, afirma Sara.
El Fondo SAM, aseguran Diana y Sara, es un aliado que entiende la importancia de la sostenibilidad financiera, de la comunicación y del mercadeo social, y les está permitiendo invertir recursos en la elaboración y transmisión de mensajes clave acerca del proyecto, para audiencias específicas, a través de canales apropiados.
Al abarcar la sostenibilidad en todos sus enfoques: económico, ecológico y social, los investigadores del CEM están ampliando la brecha para impulsar la declaratoria de las cuatro ZRP que tienen planificadas y “cuando se trabajan bien todos esos enfoques se obtienen resultados impresionantes”, finaliza Sara.
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